“El gigante asiático encierra leyendas ancestrales y una historia apasionante. Pero también muchas costumbres cotidianas que son dignas de mención para el viajero que se adentra en estas latitudes por primera vez..”
1. ATASCOS DE NUEVE DÍAS
Conducir por China se convierte en una auténtica locura, sobre todo por grandes ciudades del interior. En Pekín se puede disfrutar de un código de circulación más estricto. Es por ello recomendable moverse con un guía que se encargue de los desplazamientos. Los semáforos son en muchos casos orientativos y los intermitentes se suelen sustituir por el claxón. Además, el país tiene el récord en atascos. A finales de agosto de 2010 los conductores sufrieron un atasco de nueve días en la carretera de más de 100 kilómetros que conduce a Pekín. Cruzar la calle es también una aventura. Los coches se resisten a frenar en los pasos de cebra, pero ir por la acera a veces no es 100% seguro. Las motos y bicicletas las ocupan a sus anchas en ciudades y barrios.
2. DESCENDENCIA A BASE DE TALONARIO
Las parejas chinas solo pueden tener un hijo, salvo que alguno de ellos o ambos sean hijos únicos. Es decir, si un integrante de la pareja es hijo único podrá tener hasta dos hijos. Sin embargo, si los dos lo son, podrán tener hasta tres. Aunque las parejas que no cumplan este requisito y quieran tener más descendencia pueden hacerlo, previo pago de un elevado impuesto.
3. CÓMO GANAR PUESTOS EN UNA COLA
Sí, los chinos tienen una cualidad sobrenatural para avanzar puestos en una cola, y no precisamente sin levantar sospechas. Lo mejor es cargarse de paciencia, respirar hondo y resignarse, aunque no demasiado, sobre todo si el propósito de estar en esa fila es urgente. Y no hará falta pasar una larga temporada en el gigante asiático para darse cuenta de este pequeño detalle. Los aeropuertos, sobre todo en el caso de las escalas nacionales, son un lugar idóneo para darse de bruces con esta costumbre.
4. NO SIN ESCUPIR
Una de las características más populares de sus habitantes es la de escupir. No importa el sitio. Ni si interrumpen un placentero silencio a bordo de un avión. Ni mucho menos lo cerca o lejos que esté uno. De hecho, en la mayoría de autobuses locales que recorren el país y en los trenes es posible encontrar papeleras entre los asientos. Y no, no están ahí precisamente para tirar la basura.
5. CAMISETA TOP
Los hombres chinos no sufren la vergüenza occidental por la barriguita cervecera. Es curioso pasear por la Ciudad Prohibida y ver como en épocas de intenso calor muchos hombres suelen doblarse la camiseta a la altura del pecho. Dicen que el cuerpo se refrigera por la barriga, así que es una manera como otra cualquiera de combatir al calor.
6. ¡SORPRESA!
Cuando estamos de viaje, sobre todo en el extranjero, encontrar un baño público puede convertirse en una ardua tarea. En China no. Hay muchos, pero las sorpresas que nos esperan dentro son varias. Por un lado, y salvo en los hoteles, hay que olvidarse de la taza de váter tradicional. Las letrinas son la estrella del país. Otro inconveniente son las puertas. Hay algunos que no tienen. Y, en ocasiones, a pesar de haberlas, alguno decidirá no cerrarla.
7. BAILE EN LA CALLE
El pueblo chino no duda en expresarse mediante el baile. Sea cual sea el lugar en el que se encuentren, éste será un sitio idóneo para dar rienda suelta a sus mejores pasos. Las verbenas están a la orden del día. No es raro encontrar por la calle un grupo de chinos bailando por parejas en cualquier plaza o parque. Además, suelen invitar al turista a unirse a la fiesta.
8. RUBÉN DARÍO ES CHINO
Los chinos se esfuerzan en mejorar nuestra estancia en el país. Por eso, para los extranjeros que atravesamos medio mundo, suelen ponerse un nombre occidental que resulta mucho más fácil de pronunciar y sobre todo de recordar. Los hay de todo tipo. Desde simples como María o James a, por ejemplo, Rubén Darío o Dulcinea del Toboso. Lo que queda por saber es si son nombres escogidos al azar o si conocen la historia que hay detrás de alguno de ellos.
9. REGALOS
La gente de China es la más cumplida de todo el planeta. El respeto y la educación son parte básica de su cultura. Esto se manifiesta hasta cuando les regalan algo. Tanto al dar como al recibir regalos, se hace cogiendo el presente con las dos manos. Mera cuestión de cortesía. Este gesto se realiza incluso con las tarjetas de visita.
10. LA GRAN CIBERMURALLA
Viajar a China, sacarse un selfie en la Ciudad Prohibida y subirlo a Facebook, Twitter, Instagram… Misión no imposible, pero a priori denegada. Sin la ayuda del VPN (un servicio de pago que ofrece conexiones a servidores de otros países) no se puede acceder a numerosas páginas bloqueadas por el Gobierno chino. La opción oficial son algunas redes y opciones paralelas. Durante 2010, Google dejó de ofrecer su página en el país. Aunque zonas como Hong Kong cuentan con unas leyes más relajadas en este sentido. Es el caso también de parte de Shanghái, en la parte financiera de libre comercio, para así atraer más inversiones.