El primer museo submarino de Europa está en Lanzarote.
De los más románticos al de las relaciones rotas. Del primero submarino de Europa a uno que honra a los piratas y el más escatológico de todos, en Italia. Visitamos los centros de arte más sorprendentes.
LOS MÁS ROMÁNTICOS DEL PLANETA
De la casa privada de una fanática del arte al guardián de los retratos más célebres del mundo o el del mismísimo Rodin en París. Estos museos reúnen obras maestras y podrían ser, además, los más románticos del planeta.
TRIBUTO A AUDREY HEPBURN EN SUIZA
La exposición entre la amistad de la actriz con el diseñador francés Hubert de Givenchy en la ciudad de Morges brinda la oportunidad de conocer, de la mano de esta mujer extraordinaria, el país helvético, donde pasó sus últimos días.
EL CENTRO DE ARTE MÁS ESCATOLÓGICO
Los excrementos de las vacas de una granja lechera reconvertidos en esculturas y pinturas son los protagonistas del Museo Della Merda, un centro de arte contemporáneo ambiental en la provincia de Piacenza, al norte del país.
EL PRIMERO SUBMARINO DE EUROPA
El objetivo del primer museo submarino de Europa, abierto en Lanzarote, es preservar el medio marino a través de más de 300 esculturas inspiradas en los habitantes de la isla canaria y realizadas en hormigón de pH neutro.
RECORDANDO EL ROBO DEL SIGLO
Hace 27 años dos falsos agentes de policía irrumpieron en el Isabella Stewart Gardner de Boston para robar 13 obras maestras de Rembrandt, Manet, Degas… que jamás aparecieron. La recompensa sigue en pie: cinco millones de dólares.
EN HONOR A LAS RELACIONES ROTAS
Lo que comenzó siendo una gracia de un par de ex bien avenidos pronto se fue de las manos, ya que empezaron a recibir donaciones de recuerdos de parejas fallidas de India, Francia, Japón… Así surgió el Museo de las Relaciones Rotas en Zagreb.
BRINDANDO POR BARBANEGRA Y CÍA
Si quiere jugar al trivial bucanero, descubrir el código de buena conducta de Barbanegra o cómo era por dentro el mítico galeón Revenge, el Museo de los Piratas de Nassau, en las Bahamas, es su sitio. Y de colofón, un chupito corsario en su taberna.